Iglesia y Estado ¿Asunto Separado?
Como es habitual en pleno 2018 abrir debates sobre temas controversiales, entonces nos hacemos tiempo para tratar uno de ellos; y es la separación entre la institución Iglesia y Estado.
Para ser más precisos es necesario hacer algunas aclaraciones: en primer punto dejar en claro la institución Iglesia y en segundo punto la institución Estado para luego explicar dicha separación.
Para explicar el primer punto debemos ajustarnos a una realidad social y cultural, y es que cuando nos referimos a Iglesia no estamos hablando necesariamente de la religión cristiana en sí, si no que nos estamos refiriendo a la institución Iglesia Católica Apostólica Romana, puesto que de las tres ramas más grandes del cristianismo que son: el catolicismo romano, el protestantismo y el catolicismo ortodoxo, la más numerosa es la que citamos al inicio y la que históricamente se ha institucionalizado como iglesia unívoca en todos los países de América y Europa por lo general. Dicho esto, tampoco debemos dejar de afirmar que el protestantismo en sus tres corrientes más grandes nunca se ha ocupado de institucionalizarse al borde o al compás del Estado de cada país si no que se ha mantenido siempre independiente continuando su labor que le corresponde: predicar la palabra de Dios.
Una vez que tenemos definido cual es la Iglesia que muchos piden que sea separada del Estado, no podemos dejar de lado otro detalle: la ICAR recibe cierta cantidad de aporte estatal anualmente, con lo cual resulta de algún modo injusto para las demás iglesias que no cuentan con dicho aporte, por ser más específico: las iglesias evangélicas, y por ende deben auto sustentarse con sus propios recursos.
El Estado propiamente (viéndolo desde una óptica liberal clásica) debe reunir las condiciones necesarias para dos fines esenciales: la seguridad y la justicia de los individuos.
Ahora bien, de todos modos el Estado automáticamente pierde su laicismo al mantener políticas económicas vinculadas con la iglesia por razones como las que voy a mencionar a continuación:
· El Estado es una institución que debe promover la justicia: libertad de culto y de expresión.
· El Estado no es una institución que deba regular las creencias religiosas de los individuos.
· El Estado no es una institución que deba recibir impuestos de todos los contribuyentes (católicos y no católicos) con el fin de beneficiar a un sector en particular: en este caso a la iglesia católica.
Esto es en cuentas resumidas lo que debiera ocurrir en el caso de la separación entre la Iglesia y el Estado. Pero para hacer realidad este evento es necesario la concientización y el debate serio explicando punto por punto estas cuestiones que lo acabo de resumir, y digo resumir porque en verdad es más complejo.